¿Por qué son cada vez más intensas las olas de calor en Europa?

Europa vive una intensa ola de calor. Ya vivió una situación similar hace poco más de un año, y este 2019 repite.

Mario Picazo

Mario Picazo

Este verano la conocida como «canícula» se adelanta cerca de tres semanas

VÍDEO: LA OLA DE CALOR SE EXTIENDE POR EUROPA

En Europa, las olas de calor son cada vez más frecuentes, y esta semana vamos a ver caer probablemente más de un récord de temperatura. En el viejo continente, la canícula, el periodo más cálido del verano, suele llegar unas semanas después del solsticio de verano.

Habitualmente las temperaturas más altas, y las posibles olas de calor, si se dan, ocurren sobre todo en la segunda quincena de julio y puntualmente durante la primera de agosto. 

Este 2019, como ya ocurrió algunas semanas del verano de 2018 y hace ya años en el de 2003, estamos experimentando una situación de bloqueo anticiclónico concreto, conocido en términos meteorológicos como Bloqueo Rex.

Es un patrón atmosférico similar al que produce el más conocido bloqueo Omega (anticiclón sobre el Atlántico norte y noroeste de Europa en forma de ? ).

Favorece la entrada de viento sur en una parte del continente y de viento más fresco del norte en la otra. En esta ocasión, la posición concreta de anticiclones y borrascas favorece un flujo de viento sur cálido y polvoriento desde el norte de África hacia el oeste de Europa.

La canícula es el periodo más cálido del verano y suele llegar unas semanas después del solsticio de verano

Por lo tanto, afecta a países como España, Portugal, Francia, Gran Bretaña, Bélgica, Holanda Alemania o Suiza. Mientras, la mitad oriental de Europa, se mantiene bajo el flujo opuesto y más fresco del norte, lo que evita que las temperaturas en esos países lleguen a valores tan elevados. 

Las altas presiones que dominan sobre esos países, también favorecen el que los cielos se mantengan despejados, con más horas de insolación y más energía para calentar el aire. Si a esa situación meteorológica sumamos el hecho de que el viento sopla flojo o ni lo hace, las masas de aire no se reciclan y el aire se calienta más aún.

Además, en algunos países más cercanos a los desiertos del norte de África como España o Portugal, esas masas de aire llegan cargadas de polvo en suspensión (calima), haciendo que la situación de calor extremo sea aún más difícil de llevar.

Viento sur, largas horas de intensa insolación y escaso reciclaje de las masas de aire, responsables de las elevadas temperaturas en media Europa

Esta semana en algunas capitales de Europa veremos temperaturas máximas oscilando entre los 35oC y 40oC. En ciudades como París, Berlín o Zurich, no están acostumbrados a valores tan elevados. Habitualmente en junio o incluso en julio, las temperaturas máximas en muchas ciudades del centro y norte de Europa suelen rondar los 20 a 25oC.  

El de esta semana será un calor extremo, que en muchas zonas de Europa puede ser peligroso y difícil de llevar. Hay muchos edificios que no están acondicionados para este tipo de temperaturas, y sus habitantes tampoco están acostumbrados a moverse en un entorno tan cálido. 

Pero, ¿qué está haciendo que estas olas de calor sean cada vez más frecuentes e intensas? 

La investigación llevada a cabo por un grupo de meteorólogos de la Universidad de Reading en el Reino Unido, relaciona una posición anómala de la corriente de chorro con las anomalías de temperatura en el Atlántico norte. Últimamente en verano, los valores están siendo más fríos de lo habitual al sur de Groenlandia y más cálidos en zonas subtropicales del océano. Una situación que altera el patrón más habitual de dinámica atmosférica en la región. 

Anomalías de temperatura de la superficie del mar el 24 de junio de 2019. Fuente: NOAA

Otro equipo de investigación de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, relaciona las anomalías térmicas registradas de Europa directamente con el cambio climático. 

La comparación de dos de las olas de calor más extremas registradas en el Reino Unido, la de 1976 y la del pasado 2018 muestra patrones muy diferentes. La de 1976 fue intensa, pero solo afectó a ciertas regiones del planeta como el oeste de Europa.

La de 2018 sin embargo, se extendió claramente por muchas otras zonas del planeta aparte del noroeste de Europa mostrando la tendencia de un planeta en global más cálido. A mayor número de zonas sobrecalentadas, mayor es también la probabilidad de que se produzcan episodios de calor extremo.   

Las olas de calor de antes y las de ahora no tienen nada que ver. Se extienden por zonas mucho más amplias, son más intensas y también suelen durar más. Siguen un patrón cada vez más  marcado por los vaivenes térmicos, de manera que mientras unos viven inmersos en la ola de calor, otros, pueden llegar a disfrutar de masas de aire más frescas. Luego a los días, esa situación se invierte pasando de calor extremos a ambiente mucho más fresco. 

Las olas de calor son cada vez más frecuentes, intensas y duraderas

Durante gran parte del verano de 2018, España registro temperaturas más bajas de lo habitual, mientras a otros países habitualmente más frescos, vivieron el intenso calor. Este año, sin embargo, el arranque de verano nos ha colocado en el lado cálido de este Bloqueo Rex que afectará al extremo suroccidental de Europa por lo menos hasta principios de la semana que viene.